El sábado 22 febrero, salimos a dar un paseo, un
joven compañero de edad tardía amigo mío y yo. No teníamos nada previsto y nos
salió una tarde dulcísima.
Nos dirigimos al paseo de Colón, cruzamos la plaza
de La Paz y por la calle “Ample” llegamos a la plaza de la Mercè, visitamos la iglesia y patrona de Barcelona la
virgen de la Mercè, salimos satisfechos porqué su pequeño museo es de lo más
interesante. Seguimos por el carrer Ample y en un chaflán descubrimos un pequeño
local con unos portones antiguos y el escaparate lleno de porroncillos y
probetas de jarabes, en el interior unos maestros carameleros estaban
elaborando caramelo. Nos quedamos embelesados mirando, su arte, como colgaba la
masa de caramelo una y otra vez hasta conseguir la mezcla y textura adecuada,
añadiendo otras masas de otros colores elaboró un remolino de sabor y color. Es
imposible no entrar, además de comprar caramelillos, me encapriché de una
piruleta de las que estaba haciendo el maestro y Emiliano, mi amigo, que me
mima, me la compró. Visitadla, dulcería artesana PAPABUBLE vale la pena.
Seguimos nuestro paseo por la calle Regomir, el
Call, plaza Sant Jaume y nos acercamos a la COLMENA, una pastelería con
abolengo en la calle Jaume I, que por su prestigio i antigüedad, es de interés
histórico y turístico. No pudimos resistir ese escaparate que decía “cómeme”
nos compramos un merengue de café, ¡Qué bueno! Delicioso.
Jóvenes de otro tiempo, daros una alegría dulce y
luego haced como nosotros. Seguimos paseando y comiendo nuestro merengue por Jaume
I, plaza de San Jaume, calle Aviñón; a propósito en esta calle hubo un
prostíbulo que frecuentaba Picasso, en estas prostitutas se inspiró para pintar
en 1.907 el famoso cuadro “las señoritas de Aviñón” que fue el inicio del Cubismo.
Llegamos al paseo de Colón, buscamos el número 2, un
edificio restaurado pero que aún conserva vestigios del 1.500. En esta casa que
en aquellos tiempos supongo que sería una especie de fonda, vivió durante tres
meses Miguel de Cervantes, exactamente 1.569, Barcelona le fascinó y lo recuerda
en el “Quijote” en las palabras de su personaje principal “Don Alonso Quijano”.
Después de todo este circuito, caminamos por el
paseo de Colón hasta el aparcamiento. Con el azúcar del merengue ya aposentando
en las curvas que no nos gustan, no en el páncreas, volvemos a casa.
Puri
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